Y a estas alturas, aún me pregunto que es lo que haces para ser tan especial, para ganarte un poquito más de mi amor cada día, para ganarme poco a poco.
Podrás decir que eres egoísta, envidiosa, sosa, pasota, fea, idiota en ciertas ocasiones, despistada las veinticinco horas y todas esas mentiras que te he oído decir.
Pero yo podré decirte una y otra vez, las veces que haga falta y sin cansarme que eres generosa (me regalas todo sin pedirme nada a cambio), ¿envidiosa? Ganas de superarte, de conseguir sacarme una sonrisa cueste lo que cueste, lo más alegre y simpático de toda Valencia; ese puntillo que tienes vacilón, acompañado de una pequeña palmada en la espalda, con la que haces sentir seguridad. Que esos ojos, tu pelo, esas manos y esa boca, todo daría por tenerlo a mi lado, porque aunque la perfección no existe, tu te dedicas a llevar la contraria cada día, y que ese punto idiota es el que demuestra que tienes esa chispa, ese sentido del humor con el que no te importa lo que digan o piensen los demás, si haces a los tuyos felices junto a ti. Y ese toque de despiste, que puede que alguna vez te haga olvidar que en Oviedo tienes a una gran petarda la cual está enganchada a ti.
Para nada esto ha de hacerte sentir especial, ni mucho menos, porque tu eres cientos y cientos, millones y millones más que eso, y eres tú, la que hace sentir especial a los demás tan sólo con tu presencia.
Te quiero, tanto que tú eres el secreto que hay en mí, como la fórmula de la coca-cola... secreto. Jamás trates de rebelarlo♥
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